17.10.06

Los primeros matafuegos

El 3 de noviembre de 1618, D. Francisco de Villasis, corregidor de Madrid, elaboró un dictamen en el que por primera vez un grupo de 24 carpinteros se dedicaría a «matar los fuegos» de la capital, percibiendo un salario por sus servicios y nombrándoles «Matafuegos de la Villa».

Cuando sonaban las campanas de cualquier iglesia, acudirían a los fuegos desde las obras donde trabajaban si coincidía con su jornada laboral, sino, desde sus casas a un almacén situado estratégicamente donde se custodiaban las 16 jeringas grandes, 8 hachas y sus respectivas escaleras.
Con estos materiales subían a los tejados y, una vez en éstos, hacían cortes en las vigas de madera para evitar la propagación. Nadie mejor que ellos, ya que eran los que estaban construyendo Madrid en aquella época, pues la mayoría de las estructuras de las casas eran construidas en madera.

Cada seis meses los regidores comisarios que tenía nombrados la villa pasaban la oportuna revisión de estos materiales. Por este trabajo y ocupación los matafuegos recibían cada año 40 000 maravedíes cada uno, pagados de las sisas del ayuntamiento de seis en seis meses.
Además de este pago, les concedían el importe de los alzados que construían en la Plaza Mayor, de las bocacalles del Paso Real e Imperial, donde se celebraban fiestas de toros y juegos de cañas.
En cada fiesta de toros de San Juan y Santa Ana de cada año, se les otorgaría dos toros muertos o el valor de estos (20 ducados) cuyo importe recibiría la cofradía de la «Hermandad de San Joseph» a la que pertenecían dichos matafuegos desde 1619.

En este año, el corregidor Marqués de la Vega, nombraría hasta 30 matafuegos (29 y un capataz), obligándoles a repartirse en número de cinco en cada uno de los seis cuarteles o distritos en los que se hallaba dividido Madrid.
Acudirían a los incendios provistos de una vestidura de piel que cubría el cuerpo ciñéndolo hasta la cintura, llamada coleto, ya que según algunos documentos de la época, testifican que al acudir a los incendios a deshoras de la noche y en tiempos fríos y tempestuosos, enfermaban y fallecían algunos por pulmonía.
Además, servía para hacer fuerza con el cuerpo al utilizar el aguatocho, con el fin de despedir el agua con violencia y alcanzar las llamas, resistiendo

3 Comments:

Blogger Gonzalo Acuña said...

Excelente idea la de honrar al Cuerpo de Bomberos, dondequiera que este ubicado, porque hay que tener los atributos muy bien puestos para arriesgar la vida en tal tarea. Vaya pues mi homenaje para hombres y mujeres de los cuerpos de bomberos de todo el mundo y muy particularmente para aquellos que lo hacen a modo voluntario, como es muy frecuente aqui en Argentina.

Aprovecho para hacer una pregunta, destinada a ayudar a mi hija en un trabajo escolar: donde puedo encontrar normas españolas relacionadas con el mantenimiento, conservacion y prueba de extintores de incendios, tambien conocidos por estas tierras como "matafuegos"?

Cualquier ayuda al respecto, sera apreciada y agradecida.
Gonzalo Acuña
soygonzalo.acuna@gmail.com

5:02 p. m.  
Blogger Gonzalo Acuña said...

Excelente idea la de honrar al Cuerpo de Bomberos, dondequiera que este ubicado, porque hay que tener los atributos muy bien puestos para arriesgar la vida en tal tarea. Vaya pues mi homenaje para hombres y mujeres de los cuerpos de bomberos de todo el mundo y muy particularmente para aquellos que lo hacen a modo voluntario, como es muy frecuente aqui en Argentina.

Aprovecho para hacer una pregunta, destinada a ayudar a mi hija en un trabajo escolar: donde puedo encontrar normas españolas relacionadas con el mantenimiento, conservacion y prueba de extintores de incendios, tambien conocidos por estas tierras como "matafuegos"?

Cualquier ayuda al respecto, sera apreciada y agradecida.
Gonzalo Acuña
soygonzalo.acuna@gmail.com

5:03 p. m.  
Blogger Pablo said...

Hola amigo Gracias por tus aportaciones, perdona la demora, busca en las normas UNE

12:06 p. m.  

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