17.10.06

Maestro bombero

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII el servicio experimentará algunos cambios que harán mejorar su organización y funcionamiento notablemente.
En 1767 Madrid contaba con siete bombas, la inglesa y seis más compradas a la vecina Francia.
Los matafuegos y mozos mangueros, tenían que saber usarlas y conocerlas con exactitud para que desarrollaran el trabajo al máximo rendimiento.
Estas máquinas se estropeaban con mucha facilidad por su frágil composición y continuado uso, haciéndose necesario que el servicio de incendios demandara de los conocimientos de un profesional que entendiera sobre esta materia. Como decían en aquella época, necesitaban «un hombre inteligente».
El 4 de diciembre de 1767 fue contratado por el ayuntamiento un maquinista hidráulico y constructor de bombas, D. Juan Jorge Graupner, con 31 años de edad y de origen alemán, concediéndose por primera vez en Madrid el cargo de «maestro bombero1».
Una vez incorporado en el servicio, formaría e instruiría sobre las bombas a los matafuegos y 24 mozos mangueros cobrando este maestro un jornal de cinco reales diarios.
Durante los primeros años realizó importantes reparaciones en las bombas; modificó los depósitos de madera a latón para que fueran de mayor duración y evitar principalmente las fugas de agua por estar la madera podrida.
Se pintaron en color encarnado y la mayor parte de sus piezas se cambiaron y repararon las ruedas y el cañón por donde salía el agua.